lunes, 9 de mayo de 2011

El Nobel de la Paz

Es injusto. Y mucho.

Los humanos nos movemos por sensaciones subjetivas que vestimos de verdades empíricas. Desconocemos el camino al filtro de la persona que tenemos delante. Y todos, absolutamente todos caemos en el mismo error: políticos, deportistas, poetas y toreros. No se salva ni cristo bendito.

Esta semana el gran nobel de la Paz (Barak Obama) se ha cargado a un tipo llamado Osama Bin Laden. El terrorista que asesinó a más de 3000 personas en las torres gemelas (entre otras lindezas cruentas alreredor del mundo, incluido el 11-M de Madrid). ¿Es esa la actitud de un Nobel de la Paz?. Yo no digo que el mundo, sin Osama, sea algo mejor. Pero sería aun mejor si en vez de asesinarlo (liquidarlo - eufemismo negrocriminal de El País ), lo hubieran arrestado y juzgado. Si todo el mundo jalea la actitud yankee será que el GAL con Barrionuevo a la cabeza no estaba equivocado en su día. No, no puede ser. No podemos admitir justicia como animal de compañía de Obama.

Pienso que el efecto boomerang de Al Qaeda está por venir. Esto no ha hecho más que empezar. El ataque de cuernos de EEUU de ser atacado y derribado a los ojos del mundo en Mahattan ha sido respondido con guerras varias y asesinatos. Lo que ocurre que en vez de ocurrir en el centro de París, ocurren en el tercer mundo. Pero ocurren.

Lo que les decía, este mundo se mueve por subjetividades y, si son ellas las que dominan, quien puede pensar en una justicia objetiva...