viernes, 25 de noviembre de 2011

Enemigo que huye, puente de plata


A priori no puede ser malo que una gente que se ha dedicado a asesinar, extorsionar y robar la libertad de mucha gente, principalmente a los habitantes de Euskadi, sea malo. No, no puede ser malo.
Evidentemente la cautela debe ser protagonista y el mismo esfuerzo se debe seguir dedicando por parte de los distintos cuerpos de seguridad en capturar todos aquellos delincuentes que tienen delitos en su haber.

Dicho esto, quiero abrir otro punto de vista: debo decir que pienso que muchos políticos están utilizando un discurso más electoralista que necesario. Me duele la ausencia de pericia política en el mensaje de nuestros representantes. Los de mi generación, a los que ya nos cuelga un 4 en primer lugar de nuestros dos dígitos que chivan la edad, a los que hemos crecido escuchando por radio los asesinatos cometidos por etarras violentos, observando por tv, primero en blanco y negro y después en color, los hierros doblados de coches bomba explosionados y ruinas de edificios desenmascarados de su fachada; siempre salpicados de sábanas blancas cubriendo cadáveres de víctimas. Necesitamos que sea verdad el comunicado de ETA. Y esa necesidad, se multiplica exponencialmente, si la imagino dentro de la sociedad vasca que, además de sufrir lo mismo que el resto, han sido privados muchos de ellos de la libertad de expresión de su sentir, de su voz y de su paz. Euskadi ha vivido y vive en un contínuo conflicto político de identidad. Eso es legítimo y necesario sin falta de apuro lo escribo: pero nunca debe expresarse utilizando armas, chantaje y violencia. 

Y con esta necesidad mayúscula que el comunicado etarra sea leal al significado de su último discurso, exijo elegancia y mano izquierda en las respuestas de los políticos. Pido que eviten expresiones como la de "hemos derrotado", "ETA claudica", "estratagema electoral" y algunas otras que o bien humillan o bien prenden mechas que todavía podrían tener algún recorrido. Pienso que uno debe ser más estadista que político en estos momentos... ¿pero cómo le vamos a pedir nivel a la panda de encorbatados que calientan nuestros hemiciclos?. Lo sé, soy un iluso. 

Pero tantas décadas de dolor por culpa de una organización terrorista que hace que muchos jóvenes se muevan hacia la violencia por un sentimiento inculcado, cual víctimas de una secta, de opresión política y programados para odiar, no es para utilizar el verbo tan mal como lo están haciendo los políticos españoles. El espíritu de Parot puede estar desactivándose y eso hay que saber gestionarlo.

Enemigo que huye, puente de plata. Y que nadie se equivoque, ese puente de plata debe embocar en una cárcel. Dura lex, sed lex.