martes, 18 de noviembre de 2008

Flash

Alcalá de Gurrea (lugar donde pasé un verano durante mi infancia) alberga la Ermita de los Agudos, tardorrománica como también protogótica ya que se haya a caballo entre ambos estilos, fue edificada en la primera mitad del Xlll, esta ermita fue un lugar de gran protagonismo en la Guerra Civil, ya que se atrincheraron multitud de soldados al pie de sus muros, hoy en día podemos aun observar verdaderos testimonios de la contienda, estremece uno en particular que dice: “Malditos sean quienes le arrebataron su adolescencia. Malditos quienes le pusieron un arma en las manos y decidieron que debía ser soldado. Malditos quienes se esfuerzan hoy en mantener vivo este pasado de odio que debió quedar atrás.”
Posiblemente lo escribió un joven de 19 años, Un niño-hombre obligado a matar a sus hermanos sin saber el por qué. Escondido entre los muros de la ermita y verdaderamente no importa en que bando estuviera. Sin lugar a dudas debió ser un adolescente asustado, no por la lucha en si, sino por la situación dantesca que le toco vivir.


Extraido del Blog "Caminando con abarcas" del Hotel Sancho Abarca de Huesca.
(Escrito por el señor Roberto Pac)


Mi novela (Ayuda)


Estimado amigo/a:


busco información referente a hechos o anécdotas que conozcas durante los meses previos (y durante) la guerra civil española ubicados geográficamente en la zona de Huesca y, si me lo permites, concretamente por la comarca de la Sotonera... aunque anécdotas "rurales" que contengan información de formas de vida ubicadas en otros lugares pueden ser útiles. Toda ayuda es poca.

Mil gracias

Caracartones grises (poema prosaico)


En el azul cielo de la deshonra, el verde sentido del corazón amante duerme despacio, cansado. Hiriente latido, hipotecado de sentimientos, hastiado de la ventana que lo enmarca, pretexta acusaciones latinas para mis ojos en el nítido cobijo del arte. Entre los mimbres, sentado el hábil bicho de los panegíricos, los miembros apoyan las susodichas alabanzas en canto de saeta. No encontrareis los restos de las letras entre las estrofas en ruinas. Los arqueólogos del sentido no anduvieron entre las madrugadas negras. El arquitecto de las frases suicidado quedó en la orilla de cemento mientras afrenta sus juicios. Ni en los valles, ni en los remotos bosques de las facultades, hombres sintieron la nada en propias encías ensangrentadas por los amados... caracartones grises. Esquelético sentido decorado de ideas, ¿ dónde andas esta mañana que te encuentro ?. No veo los mercaderes en el templo... Lo mas triste es que cada hoja ya ha caído antes.... cubierta la hembra ante los símbolos sacros oigo la mordida muy lejos... tan lejos como tu de mí.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Siempre lo olvido (Cuento)


Tres días antes del viaje mis nervios eran agotadores. No sabía si llamarte para avisarte o dejarlo todo en manos de la sorpresa. La duda de no controlar tu reacción me aterraba. Corría el riesgo de quedarme en tu puerta, con las maletas a los lados de mis pies y el portazo en la cara... pero, ¡qué demonios!... ¡tenía que intentarlo!. Y pasaron los tres días. El avión, como no, salió con retraso. Durante el vuelo recordé todas aquellas anécdotas que habíamos vivido juntos cuando éramos una 'pareja estable'. Aquellos días donde parecía que nuestra unión era perdurable. Buscábamos un hijo que no encontramos, pero en el empeño nuestro cordon umbilical quedó debilitado. Logramos superarlo con paciencia y algún que otro tranquilizante (demasiados tranquilizantes)... pero ese hijo no llegó. Independientemente de la descendencia, nuestras noches eran recibidas con auténtica alegría. Poníamos a prueba los muelles de nuestro colchón con eterna dulzura. Las mañanas de domingo las recuerdo con especial cariño; tu con mi camisa favorita y mostrándome tus piernas largas y hermosas. Yo, con todo mi pelo enmarañado, me levantaba para hacer el café y llevártelo a la cama. Después del ligero desayuno siempre nos haciamos el amor con el sabor del café en nuestras bocas. Eran buenos tiempos, sin duda. Pero llegó la guerra fría que nos cantaba Sabina en sus conciertos. No fuimos hábiles y malgastamos la apuesta de nuestra felicidad al color equivocado. Todo se rompió tan deprisa que ni nos dimos cuenta. Nos convenía el alejamiento y quizá por eso no hicimos nada por evitarlo. En fin, cosas de la vida. Pero aquí me tienes. Plantado en la puerta de tu morada y esperando ver tu sonrisa y sentir tu abrazo. Llamo a la puerta de piedra y espero. Oigo pasos al otro lado y una voz que no es la tuya me habla. Pregunto por tí y me dicen que nunca nadie estuvo ahí con tu nombre. Siempre olvido donde te enterramos, querida niña.

viernes, 14 de noviembre de 2008

La esclava (Cuento)


'Hola, ¿cómo estás?'.Esas fueron sus palabras al entrar esa madrugada en casa. Sorprendido, me aparté a un lado para dejarla pasar. Estaba extrañado por su visita a esas horas; pero la mezcla de sueño y sorpresa me impidieron articular palabra alguna.Le pregunté si quería café. Me contestó afirmativamente; yo, que odio hacer café... no se me da bien (yo no bebo café en casa por no hacérmelo)... Entré en la cocina y lo preparé en una vieja cafetera metálica. El silencio era la única característica destacable que había en el salón. A los cinco minutos regresé a su lado con dos tazas de café. La mía con hielo. Me senté a su lado y la miré. Ella me miró también y me dijo fríamente: 'Me he ido de casa. Ya no aguanto más a ese imbécil.'Y se puso a llorar. Le dí un kleenex que llevaba en el batín y le acaricié el pelo. Al cabo de unos minutos se tranquilizó y se pasó las manos por la cara. Se levantó y fue al baño. Conocía perfectamente el camino; ella había estado infinidad de veces en casa cuando éramos amantes. Mientras ella se secaba las lágrimas en la intimidad del pequeño aseo, pensé que no entendía muy bien que hacía en casa. Nuestro último encuentro fue una pesadilla de gritos, insultos y con algún que otro bofetón recibido. Ella nunca entendió que zanjara nuestra relación. Es cierto que tirarme una casada era excitante y morboso; sobretodo si ella mostraba una necesidad efusiva de pasión y sexo... pero no me aportaba nada que una buena prostituta no hiciera por dinero.Salió del baño y volvió a mi lado. Me pidió disculpas por haberse presentado de tal forma y pidió si podía quedarse a dormir. Le dije que sí con la cabeza y me levanté para prepararle una cama. Me siguió por el pasillo hasta la habitación de invitados, se apoyó en el marco de la puerta y se cruzó de brazos. Saqué unas sábanas del armario y un par de mantas, preparé la cama y le deseé buenas noches. Al volver a mi habitación no tardé más de cinco minutos en dormirme de nuevo.A la mañana siguiente, después de desayunar, salí hacia mi oficina. No pensé en ningún momento que tenía 'invitados' en casa. Por la noche, cansado, al abrir la puerta de mi pequeño apartamento, me la encontré sentada en el sofá, con los ojos hinchados y visiblemente irritada. Al verme entrar se levantó y vino como una furia hacia mi: '¡podías haberme dicho que no vendrías a comer. Había preparado durante toda la mañana el almuerzo en la cocina para comer juntos!'.La miré incrédulo, me separé un palmo de ella y me fui directamente a su habitación; cogí sus cuatro cosas, las puse en una bolsa de Alcampo y le dije:'¡Márchate de mi casa. No soporté a mi mujer para soportar ahora a la de otro!'.Ella se fue por una puerta que soportó el portazo estoicamente. No volví a verla hasta muchos años después. Casada de nuevo y volviendo a preparar menús para hombres, que regresaban a la hora de comer, puntuales. Y seguramente volvía a tener otro amante que se tiraba furtivamente al que lloraba sus penas de mujer maltratada por hombres que la esclavizaban continuamente...

Bienvenido


Hola, bienvenido.

Abro este espacio para soltar algunas palabras encerradas en mi cabeza. Tú también puedes soltar las tuyas, si quieres. Sólo te exijo respeto y consideración.
Espero aportar luz a cierto desorden. Creo que es el primer paso si quiero acabar teniéndolo todo recogidito...

Estoy tratando de escribir mi primera novela. No sé porqué te cuento esto... igual no tengo el ego tan bien educado como pensaba.

Abrazos