Presiento que tras la verdad
se esconden infinidad de pequeños espejos.
Miro los reflejos y me siento atrapado
en las palabras que no digo, que no pienso.
El silencio es traidor de patrias y confianzas,
de amores y muertes venideras...
¡Ah la patria!. Algún día, con oleos gritones,
pintaré tus cuatro paredes sin ventanas.
Cierto es que no muero, o eso piensan,
pero yo me siento ir con mi ausencia
en tu cama, sin tus mañanas en mi boca.
No sé cuando, pero regresará
el pulidor de cantos rodados.
No sé cuando, no sé cuando...
Palabras vestidas con astillas,
tinta de sangre, toda tuya...
Y no sé nada de tus labios
hasta que esta noche soñé
en el mar del silencio...
olas de tu incierta presencia...
Dedicado a una buena poetisa, 1452
Hola, maño. No sé quién nos ha dado un premio, el no sé qué premio limonada. Entra en mi blog y lo verás. Felicidades. Saludos!
ResponderEliminarLimonada sin whiskey??? ¿Por quién me han tomado?
ResponderEliminarDe nada, pekeño. Puedes aliñar la limonada al gusto, ya lo sabes. Yo le he metido lingotazo de vodka pa celebrarlo!!
ResponderEliminar¡¡¡Tú sí que sabes!!!
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